Empezaste tu negocio con un local pequeño, pero te ha ido tan bien gracias a la buena toma de decisiones y al excelente desempeño de tus empleados que el local donde llevas años trabajando está empezado a quedarte chico: ya no tienes suficiente espacio para guardar el inventario ni las materias primas, tus empleados trabajan en pequeños escritorios colocados contra las paredes, hay cajas de cartón apiladas prácticamente hasta el techo y necesitas una máquina nueva para aumentar tu ritmo de producción pero no tienes donde ponerla.
Esto,
en sentido estricto, es muy bueno porque significa que has hecho las cosas bien
y que con el paso del tiempo tu negocio ha ido creciendo. Por otro lado, es
malo porque esa falta de espacio puede afectar las operaciones diarias de tu
compañía y evitar que tenga el crecimiento adecuado según las metas y objetivos
establecidos. Sin embargo, siempre hay formas de optimizar el espacio y mejorar
la capacidad de almacenaje de tu negocio.
En
primer lugar, debes determinar qué clase de almacén necesitas. Hay proveedores
en México que pueden ofrecerte almacenes cubiertos o al aire libre. La decisión
del tipo de almacenaje que requieras depende del material de los objetos que quieras
guardar. Otro punto para tomar en cuenta es exactamente qué piensas almacenar:
materias primas, productos semi elaborados o terminados, archivos, materiales
auxiliares, recambios… Esto define en qué lugar conviene colocar el almacén. Quizá
una buena solución sea simplemente solicitar a un proveedor que coloque un
mezzanine en tu local actual.
Lo
anterior tiene una relación estrecha con la función de la logística de la
distribución. Por ejemplo, si deseas almacenar materias primas, lo indicado es
que el espacio donde decidas guardarlas esté cerca del centro de fabricación;
con esta clase de solución la empresa se ahorra costos de manipulación y
transporte. Por otra parte, si lo que vas a guardar es un sobre stock, lo más
conveniente y práctico es rentar un almacén, no construir uno nuevo desde cero.
Cuando una empresa actúa como distribuidor a clientes o mayoristas, lo idóneo
es contar con almacenes regionales que tengan la suficiente capacidad para
recibir camiones de gran tonelaje. La decisión del tipo de almacén que se va a
emplear depende, obviamente del giro de la empresa.
Por
último, hay que tener en cuenta que una empresa puede tener relaciones
jurídicas distintas con los espacios de almacenamiento. No es obligatorio que
cada empresa adquiera o construya un almacén nuevo. Existen otras modalidades
que permiten a los negocios ocupar bodegas. Como se mencionó arriba, los
almacenes se pueden rentar. Además de esta, hay algunas modalidades que
permiten que después de la conclusión de un arrendamiento financiero el almacén
pueda ser adquirido en su totalidad y se convierta en un activo de la empresa.
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