Durante décadas el liderazgo automotriz fue llevado por las tres grandes marcas estadounidenses General Motors, Ford y Chrysler. En apariencia sus operaciones y la calidad de sus productos eran buenos, pues la dominación del mercado era resultado de la satisfacción de sus clientes; a partir del final de los ochentas comienza la contracción de su demanda, en respuesta a crisis económicas y a la creciente demanda de productos japoneses, que a pesar de los tiempos de inestabilidad podían ofrecer calidad, buenos precios y aun así tener ganancias. En la década del 2000 sucede lo impensable cuando Toyota se lleva el primer lugar en ventas globales, lugar que a la fecha sigue defendiendo.
¿Cómo lograron estos resultados? En recientes años el resto del mundo ya se ha repuesto del golpe; la competencia vuelve a ser más reñida pues asimilaron las filosofías y técnicas que llevaron a las empresas niponas al éxito. Dichos conocimientos circundan alrededor de la manufactura esbelta (Lean Manufacturing) cuyos principios son:
Eliminación del desperdicio. Base fundamental de la manufactura esbelta. Existen 7 tipos de desperdicios en la manufactura:
1. Sobreproducción
2. Movimientos innecesarios
3. Desperdicio de inventario
4. Producir defectos
5. Desperdicio de tiempo
6. Desperdicio al transportar
7. Procesar en exceso
Estos desperdicios se pensaron originalmente en sitios de manufactura, pero pueden amoldarse a distintos tipos de negocios.
Mejoramiento continuo. Considerado también como elemento base, la filosofía Kaizen de mejoramiento continuo establece que cualquier actividad que se considera perfecta puede mejorarse, para llegar a niveles más altos de perfección. Sin mejora continua, se tiene el riesgo de volverse obsoletos; la aspiración es tener cambios progresivos, que en pasos grandes o pequeños nos lleve a superar los resultados anteriores.
Enfoque hacia las personas. La manufactura esbelta da gran importancia a las personas que realizan el trabajo, pues son el recurso más valioso de la empresa. Desde la comunicación, el trato, el fomento al crecimiento individual y desarrollo profesional para de esta forma reforzar la capacidad productiva de la empresa, el gusto del personal por hacer un buen trabajo por sentirse valorados y parte de un equipo.
Nivelar la producción. La esencia de la manufactura esbelta es la programación inteligente de la producción para distribuir el trabajo de manera uniforme todos los días, en base a demanda y análisis de tendencias. Se debe evitar a toda costa los escenarios en los que se van de cero a cien porque llegan las órdenes de improviso; además del desgaste emocional y físico de los trabajadores, no se aprovecha al máximo su capacidad por su baja ocupación cuando la demanda es baja.
Justo a Tiempo. La esencia de este punto es contar con las piezas o materiales indicados para cada operación, en la justa cantidad, justo en el momento en que se necesitan. El fin de esto es producir y movilizar sólo la cantidad necesaria de piezas, para tener nuestros niveles de inventario al mínimo y utilizar nuestro capital y capacidad de producción de forma eficiente. El sistema de jalar implica el uso de estantería y tarjetas (Kanban) para notificar que se requiere surtido de un producto recién agotado.
Calidad Total. El hablar de calidad no se limita al producto terminado; en la manufactura esbelta se busca crear condiciones donde el lugar, el personal, la maquinaria y los procesos sean de calidad. Calidad desde el diseño de las piezas, el empaque, todas las áreas desde conceptualización hasta embarque hacia cliente, cada tarea debe hacerse con calidad. Así se reducirán desperdicios, condiciones de falla y reducirá el riesgo de que algún cliente reciba productos defectuosos.
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